Cuand0 volví, mi silla estaba ocupada. Pensé en protestar, en llorar, en sentarme sobre quien ocupaba mi lugar, en golpear al intruso y obligarlo a abandonar el asiento. Todo eso medité durante un largo rato. Y luego implementé cada una de esas cosas, en ese orden y repetidas veces.
Al cabo de un tiempo, hice lo más sano. Me levanté, me sacudí, me sequé las lágrimas.
Y me busqué una silla que estuviera vacía.
Al cabo de un tiempo, hice lo más sano. Me levanté, me sacudí, me sequé las lágrimas.
Y me busqué una silla que estuviera vacía.