Has visto, verdaderamente has visto la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa... Has tocado, de verdad has tocado el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás... Has vivido como un golpe en la frente, el instante, el jadeo, la caída, la fuga... Has sabido con cada poro de la piel, sabido que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón, había que tirarlos había que llorarlos había que inventarlos otra vez.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Decir adiós


Siempre tuve un tema con las despedidas. No me gustan.

Pensar que la mayoría de la gente que conocemos en este momento, es sólo compañía temporaria, que tarde o temprano, por un motivo u otro, dejará de pertenecer a nuestro mundo, o por lo menos, a nuestra cotidianeidad.


Seres cercanos, no tan cercanos, a los que queremos con toda el alma, o ni siquiera nos despiertan simpatía. Seres que suman miles de estrellas a nuestra vida, o los que pasan por ella casi indiferentemente.

No importa qué relación nos una, lo cierto es que cuando una persona de mi mundo deja de pertenecer a él, siento que un personaje de mi película desaparece. Y el vacío no deja de sentirse, en mayor o en menor medida.

Como cuando termino de leer un libro, y me entristezco porque se acabó ese mundo para mí... y nunca más volveré a saber de sus personajes...


Y ahora, mientras escribo esto, se me viene a la mente un caleidoscopio que tenía cuando era chiquita, y al cual adoraba.
Como alguna vez leí por ahí: lo importante es entender que todos y cada uno de ellos cumplió una función en nuestra vida. Y a veces, hay que dejarlos ir para que otros puedan llegar.

Vida caleidoscópica.Nuevos dibujos en cada vuelta de esquina.





1 comentario:

Anónimo dijo...

sí... a mí tampoco me gustan.

SE NOTA!?!?