Recién, buscando una foto para mandarle a una amiga, me encontré con un par que vaya a saber una para qué las guardo.
No sé ni cómo explicar lo que esas fotos me producen: dolor, asco, tristeza, bronca.
Él con ella, cuando yo menos me lo esperaba, con la persona que no debía ser.
No tengo derecho a reclamar nada. No tengo derecho a protestar, y menos ahora. Pero juro que se me retuercen las entrañas cada vez que me acuerdo.
No sé ni para qué conservo algo que tanto mal me hace.
Sigo ordenando, sigo ordenando, y creo que debería comenzar a tirar cosas.
domingo, 13 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario